jueves, 15 de agosto de 2013

Atracón en la calle piruleta

También hay malos en los mundos de yupi...
A la niña que pensó en desoír los carteles del bosque prohibido y adentrarse en lo oscuro:

Si me pongo a pensarlo...los dulces pican los dientes, y te dejan con sed...Que no es que me haya cansado del algodón de azúcar, es sólo que me planteo que el paseo por el río de cocodrilos fue lo que me devolvió la curiosidad...esa es la clave; el motor, vamos...curiosidad y ale, entro a pelo sin linterna y pienso "luciérnagas a mi" pero ¿y cuándo deciden no hacerme caso? A ciegas, que es lo que me mola, el riesgo...
Voy mirando fotos a modo de mapa, ¡pero si tengo claro que no son más que sonrisas congeladas! Habia dejado claro que los dulces siempre dejan las muelas cariadas, Aún así...parecen todos tan felices...¡quiero eso!
Lo peor es ir rumbo a lo cuasiconocido, que maldita impaciencia la mía...pero si ya no me falta nada para dar el salto en globo y ¡ale! caeré dónde y según como sople el aire...Pero tengo un petardo en el culo que me impide quedarme quieta y oye ¡que ahora se me antoja recorrer los bosques hasta encontrar...¿qué era esta vez? Ah si! ¡Algodón de azúcar, pues eso!
Pero si siempre fui yo más de salado...y claro me quedé pensando...en realidad no busco sonrisas empastadas, es que me gusta ir comiendo lo que encuentro a mi paso por los senderos, lo que decía antes del río con cocodrilos.., las moras de los caminos, las frutas con veneno...A eso ya si que soy inmune, pero a lo dulce no, lo dulce me sigue dando sed...

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