martes, 3 de septiembre de 2013

Me enamoré de La Parca


Respiraba entrecortada y aunque no era invierno salía el vaho intermitente de mis labios...
Al olor de mi sangre vino inesperada; bajo el negro manto, mirada helada...tan dura y fría...creo que eso era lo que más me atraía...
Contaban historias terribles y mientras me leía mis derechos me dejé atrapar sin carrera, cuando me agarró contundente entrelazamos los dedos y anudando fuerte la soga que yo misma me lié al cuello, le entregué mi último aliento...
Húmeda, áspera felina y viperina su lengua de ácido limón lamió lenta mis heridas...
Con cada latigazo, escalofrío, artista hizo lienzo de mi piel, estremeciéndome de la punta de los dedos a la punta del pie y poco a poco notaba como se desprendía de mi carne el alma...
¿Por qué estoy tan tranquila con el frío filo de tu guadaña en mi palpitante, de sangre caliente, yugular?
Serás como la serpiente que hipnotiza, Seré la Caperucita que busca meterse sin miedo en la boca del lobo y disfruta cada mordisco de sus afilados colmillos, serás la sidra envenenada que salió de la más prohibida manzana...Serás el subidón de adrenalina en unos pulmones ahogados con agua de mar...
Será que por ti, con gusto me dejo matar...

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