miércoles, 22 de diciembre de 2010

Freezen

Érase una vez... (me gusta empezar de manera clásica ;) )
...un muñeco de nieve creado por dos hermanos en el patio de su casa. Freezen, el muñeco; fue esculpido con la primera gran nevada del invierno.
Su sonrisa hecha con piedras jamás se borraba y aguantó fotos, vídeos, peleas de bolas...fué un Diciembre frío....y los niños disfrutaban mucho con él.

Freezen era un muñeco curioso...y todas las noches observaba atento desde el exterior como los dos pequeños entraban en la casa y se pasaban horas sentados delante de algo rojo, amarillo, azul...un elemento con un baile atrayente...
Freezen cada vez sentía más ganas de adentrarse en la casa y tocar aquello..; pero un buen día un pajarito se le acercó y le dijo :
- Eso que tanto ansías conocer se llama fuego; y tu no debes acercarte a él; estás hecho de nieve y te derretirías. Estás condenado a vivir en el frío para siempre.

Freezen tuvo en cuenta el consejo del pajarito; sin embargo, noche tras noche no podia evitar caer hipnotizado por aquel maravilloso elemnto...
Un buen dia; sin poder contener su tentación, entró en la casa mientras todos dormían para acercarse a aquello que tanto ansiaba...Freezen comenzó a sentir una sensación increíble; algo único que nunca hubiera imaginado; y simplemente se dejó llevar por su crepitante sonido y su agradable calidez...Por una vez su sonrisa era propia...
A la mañana siguiente un enorme charco con bufanda,sombrero, piedritas, ramas y zanahoria cubría el suelo delante de la chimenea.


FIN                        


Y bien...¿¿Qué opinais lectores??
¿Mereció la pena rebelarse contra aquello que se supone correcto y adentrarse en lo desconocido?
O bien...¿El que juega con fuego...se derrite?

2 comentarios:

  1. Una vez escuché a Gustavo Martín Garzo que los cuentos no existirían si sus personajes no fueran curiosos, si lo desconocido les fuera indiferente. Y lo hizo poniendo como ejemplo el cuento "Barba azul" de Charles Perrault (que por cierto, mencionan en "Balada triste de trompeta").

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  2. La curiosidad mató al gato...

    Pero en esta vida hay que ser curiosos y dejarse guiar por lo que uno sienta. Muchas veces pensamos "sabía que iba a pasar" cuando las cosas no salen como planeamos, pero también hay ocasiones en que la vida, el destino, el azar, o lo que sea nos ha sorprendido con algo que maravilloso que jamás esperabamos. Prefiero el daño a quedarme con la curiosidad de que habría ocurrido si... De nada sirve quedarse con la duda, así que mejor descubrirlo por uno mismo, ya sea bueno o malo... Todo depende del interés y la curiosidad que uno sienta, y del peligro al que uno se exponga. Hay que hacer balance, y si el interés es grande y la "recompensa" aún mejor, a por ello. Al fin y al cabo, la mayoría de las veces no se pierde nada. Así que para quedarse igual que se está. ¿por qué no intentarlo?.

    Feliz año para tí también.

    Te sigo la pista ;)

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